
Declaraciones a la prensa del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla
Yaira Jiménez Roig, directora general de Prensa, Comunicación e Imagen: Gracias por estar acá a los colegas de la prensa nacional, a los colegas de la prensa extranjera. Se está transmitiendo esta comparecencia en vivo por Cubavisión, Cubavisión Internacional, la Radio Cubana, el Canal Caribe, y también por el canal de YouTube de CubaMINREX. Me informan mis colegas que están presentes, Ministro, 32 periodistas de 21 medios de 12 países y, por supuesto, los colegas de la prensa nacional. Tiene usted la palabra.
Ministro: Muchas gracias por su asistencia.
Quiero compartir con nuestro pueblo y con la comunidad internacional, con los ciudadanos estadounidenses, información con relación a los acontecimientos del día de ayer. He recibido también numerosas preguntas a través de las redes, de las cuentas en las redes digitales y, en general, estoy al tanto de la conversación que se ha producido y del debate con relación a estos temas.
La primera pregunta que he recibido reiteradamente es ¿Por qué? Por qué el Gobierno de los Estados Unidos de América ha tomado estas tres decisiones, que comentaré más adelante. Mi opinión es que las ha tomado porque su plan ha fracasado. Porque la visión de provocar el colapso de la economía cubana, la explosión social, la ejecución del memorándum del señor Lester Mallory de derrocar la Revolución cubana mediante medidas que provoquen hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno sigue sin poder alcanzar sus objetivos. Es cierto que las medidas del conjunto del bloqueo, y en particular del recrudecimiento de estas desde 2017, y especialmente de las medidas adicionales tomadas por el anterior Gobierno republicano desde la mitad de 2019, han creado circunstancias muy difíciles a nuestra economía, generan un daño humanitario considerable, provocan dificultades, ansiedad, sufrimiento a las familias cubanas.
Sin embargo, no ha ocurrido ni el colapso de la economía ni el derrocamiento del Gobierno. Mi opinión es que el Gobierno de los Estados Unidos de América ha tomado estas decisiones a partir del reconocimiento de que la política que aplicó hacia Cuba es una política obsoleta, fallida, que no tributa a los objetivos ni a los intereses nacionales de los Estados Unidos, ni tiene el apoyo de los ciudadanos estadounidenses ni de los cubanos residentes en ese país. Es el reconocimiento de que le provoca un gravísimo aislamiento internacional, descrédito a su política exterior y que daña instrumentos que supuestamente el gobierno de los Estados Unidos necesita para hacer cumplir determinados objetivos de su agenda internacional.
Y precisamente ocurre a partir de la resistencia y de los avances que pese a las enormes dificultades que enfrentamos y que son perceptibles en nuestras calles, en nuestros centros de trabajo, en nuestras casas; se mantiene, persiste el apoyo del pueblo cubano a la Revolución, al orden constitucional que de manera soberana y en ejercicio de libre determinación se dio a sí mismo. Estas medidas ocurren gracias a la creatividad de nuestro pueblo, gracias al heroísmo cotidiano, gracias a su nobleza que concita a escala internacional y dentro de amplios sectores de los Estados Unidos, admiración, respeto, apoyo y solidaridad. Otra pregunta persistente es ¿por qué ahora? Es una pregunta que sería bueno hacérsela al gobierno de los Estados Unidos en los días todavía que estará ejerciendo esa función. Habría que preguntarle.
El gobierno de Cuba de manera histórica y persistente ha propuesto al Gobierno de los Estados Unidos de América sostener un diálogo respetuoso, responsable, sobre bases de igualdad soberana, beneficio recíproco, respeto mutuo, sin injerencia en los asuntos internos de nuestros países. Lo ha hecho de manera pública, reiteradamente por el Presidente Fidel Castro, por el Presidente Raúl Castro, por el Presidente Miguel Díaz-Canel y lo ha hecho también de manera reiterada y respetuosa de manera privada.
Habría que preguntar al Gobierno de los Estados Unidos por qué ha esperado hasta este momento para hacer lo que pudo haber hecho y lo que muchos de sus votantes, incluidos ciudadanos de origen cubano, esperaron desde su elección. Porque en su plataforma electoral se comprometía a adoptar cambios significativos en la política de los Estados Unidos hacia Cuba que, como se sabe, el gobierno republicano anterior y próximo había aplicado provocando un serio retroceso respecto a los progresos que se habían alcanzado en los años 2014-2016.
Debo reiterar que el Gobierno de Cuba ha tenido siempre y tiene hoy, y tendrá mañana y tendrá la semana que viene y en el futuro, toda la voluntad de trabajar a favor de relaciones civilizadas en beneficio de nuestros pueblos, a pesar de las muy profundas diferencias que tenemos con los gobiernos estadounidenses. Que nuestra disposición a sostener un diálogo en esas circunstancias, que son las que demanda el derecho internacional, se mantienen intactas y que reiteraremos al próximo gobierno dicha voluntad.
En tercer lugar, he escuchado mucho la pregunta sobre si estas medidas son reversibles. Claro, son reversibles, lo dice la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores publicada ayer. Son medidas ejecutivas que podrían revertirse de manera ejecutiva. Sin embargo, he leído algunas opiniones hoy, curiosamente, de algunos de los que redactaron las medidas anteriores, de algunos de los que participaron, protagonizaron, provocaron el retroceso en la relación bilateral, señalando que les tomará tiempo y trabajo revertirlas. Habría que preguntarle al próximo gobierno de los Estados Unidos también.
Sin embargo, será muy importante, a mi juicio, considerar que pase lo que pase con relación a estas medidas en el futuro, son un hecho importante, un acontecimiento que ha recorrido el mundo y que ha recibido muy amplio apoyo internacional en las pocas horas. Estamos alrededor de 24 horas de los anuncios principales que hicieron ambos gobiernos. Ha concitado reconocimiento y solidaridad internacional, debate interno en los Estados Unidos dentro de la terrible polarización política que existe en ese país, pero un apoyo significativo de ciudadanos, organizaciones, instituciones estadounidenses. Y en Cuba ha sido acogido con beneplácito por nuestro pueblo, con esperanza de que esto podría abrir un camino hacia una mejoría en las relaciones bilaterales, con plena conciencia de que habrá que juzgar en el futuro por sus resultados prácticos y sabiendo perfectamente que no hay que hacerse ilusiones o expectativas excesivas.
Analicemos el valor de las medidas. Traje conmigo los textos.
Yo sugeriría que las personas que tengan interés en este asunto lean no solo las declaraciones del Minrex y el comunicado de la Casa Blanca, sino que lean los documentos legales firmados por el Gobierno, firmados de su puño y letra por el Presidente de los Estados Unidos de América.
Uno es este, el certificado de rescisión de la designación de Cuba como un Estado patrocinador del terrorismo. Esta lista unilateral y arbitraria, la verdad es que carecía ya de cualquier credibilidad o prestigio a escala internacional, pero sus efectos prácticos, sobre todo en el sector financiero, son extraordinarios y provoca por sí misma daños económicos considerables y daños humanitarios extremos.
La política exterior es siempre una política de Estado. Se supone que hay responsabilidad de los Estados que no debería someterse a los vaivenes de los gobiernos, ni mucho menos a los caprichos de la política doméstica o de las competencias o argucia electoral. Si el presidente de los Estados Unidos de América a través de un proceso interagencial en que participa todo el gobierno de los Estados Unidos, su comunidad de inteligencia, decenas de instituciones, afirma que Cuba no es un estado patrocinador del terrorismo, eso tiene importancia. Si afirma que el gobierno de Estados Unidos no tiene la menor evidencia de que Cuba haya sido involucrada o acusada de relacionarse con actos terroristas en el último periodo. Si reconoce que el gobierno de Cuba mantiene una posición de enfrentamiento al terrorismo en cualquiera de sus formas, manifestaciones, motivaciones que la comunidad internacional reconoce y que Cuba reitera periódicamente ante ella.
Esto a mí me parece que tiene valor. Tiene un antecedente curioso que es de mayo del 2024, que fue la declaración en audiencia de la Cámara de Representantes del señor secretario de Estado Blinken, cuando se retiró a Cuba de aquella otra lista menos importante, menos conocida, de países que no cooperan plenamente con los supuestos esfuerzos antiterroristas del gobierno de los Estados Unidos. Y hubo una congresista que histérica e irrespetuosamente lo persiguió durante esa audiencia en la que el secretario Blinken dijo las circunstancias han cambiado y refutó cada uno de los pretextos que el gobierno anterior había utilizado para volver a incluir a Cuba en dicha lista.
Todos los pretextos, el de vínculos de Cuba con el terrorismo, otro de distinta naturaleza, o la presencia de supuestos terroristas en Cuba.
Bueno, podría ocurrir que esto se vuelva a revertir. Va a ser difícil explicarlo si ocurriera.
De manera arbitraria, inmotivada, se incluyó a Cuba en esta lista. Después, en el 2015, con una certificación muy parecida a esta, el presidente de los Estados Unidos revirtió aquello y volvió a asegurar seria y definitivamente lo que ahora está afirmando otra vez el presidente Biden.
Bueno, si viniera otro presidente, el próximo o el siguiente, y volviera a incluir a Cuba en la lista, habría que preguntarse cuáles son las razones.
¿Qué dirían las agencias del gobierno estadounidense, las agencias de aplicación de la ley? ¿Dónde quedaría la credibilidad del gobierno estadounidense?
Esto parecería un desorden. En Cuba le dirían un relajo.
Es decir, un presidente hace imputaciones de un tipo, otro las desmiente y las cambia, viene otro y las vuelve a hacer y que después venga otro y vuelva a repetir las anteriores.
A mí me parece que una de las consecuencias de esta decisión del presidente Biden, que consideramos una decisión seria, importante, en la dirección correcta, pero muy limitada y muy tardía, es que ha quedado demolida la lista de países patrocinadores del terrorismo. No existe más. Nadie más podrá creer en ella, porque es una confirmación absoluta, tangible, de que esta lista no tiene fines de enfrentamiento al flagelo del terrorismo, sino que es un mero instrumento, un vulgar instrumento de coerción política contra Estados soberanos.
Ha sido el reconocimiento de la verdad.
Nunca debió entrar Cuba en esa lista, mucho menos por su condición de víctima del terrorismo de Estado desde los Estados Unidos o por su condición de víctima hasta hoy de actos terroristas organizados, financiados, tolerados desde el territorio estadounidense. No olvidemos algunos de los recientes, la instigación que se ve en redes, la he visto esta mañana y la vi ayer, a actos violentos, y los instigadores lo hacen desde el territorio estadounidense.
La persona, el terrorista que disparó ráfagas contra la Embajada cubana en Washington fue liberado. Hay numerosos ejemplos, y no olvidamos los 3.478 muertos y las 2.099 personas con discapacidades resultado del terrorismo de Estado de los Estados Unidos.
Cualquier situación que ocurra con esta lista en el futuro solo podrá confirmar nuestras afirmaciones.
En segundo lugar, será muy difícil mantener las medidas coercitivas que se derivan de esta lista. Limita el acceso a las instituciones y servicios financieros en cualquier país.
¿Cómo el Gobierno de los Estados Unidos va a poder sancionar en el futuro a un banco o a un país por tener relaciones financieras con Cuba después de esta decisión del presidente Biden?
¿Cómo se van a obstaculizar los depósitos, pagos, transacciones, créditos, todo movimiento de activos con cualquier moneda fuera de Estados Unidos después de esta certificación?
¿Cómo será posible intimidar o impedir a compañías extranjeras que comercien con Cuba?
Las compañías extranjeras que han suspendido sus relaciones con Cuba, las instituciones bancarias que lo han hecho intimidadas bajo la coerción de esta lista, no aceptarían de ninguna manera que estas políticas se restablezcan.
Es muy importante el efecto de esta lista en las importaciones de insumos, productos de primera necesidad para nuestro pueblo, para el funcionamiento de nuestra economía.
¿Quién podrá explicarle a una familia cubana si esto se revirtiera de alguna manera en el futuro, que hay justificación para tomar las medidas que se derivan de esa arbitrariedad y que dañan directamente a las personas? Porque el bloqueo en su conjunto y esta lista en particular está orientada a generar daño a la familia cubana.
También una derivación de esta lista es la amenaza, la coerción, la prohibición a los ciudadanos europeos y de otros países a utilizar el sistema de autorización electrónica de visas estadounidenses. Si ocurriera algo con esta lista en el futuro, que no sea olvidarse de ella, ¿alguien podrá exigirle a algún gobierno europeo que no proteja a sus ciudadanos frente a tamaña arbitrariedad? ¿Alguien podrá explicarle a un europeo que no puede viajar a Cuba porque Cuba vuelva a entrar en una lista que el Presidente de los Estados Unidos ha declarado que es inmotivado?
Entonces, a mí me parece que estos hechos son muy importantes y son perdurables, y son definitivos.
El alcance político, ético, legal incluso de esta determinación del presidente Biden no quedará superada por ninguna acción por arbitraria, extrema, deshonesta o fraudulenta que sea, de un próximo gobierno estadounidense.
Segunda medida, la exención de la aplicación del Título III de la Helms-Burton. Es decir, una ley destinada a intimidar a terceros, no solo a pautar la destrucción del orden constitucional en Cuba, etcétera, sino a intimidar a terceros por una feroz aplicación extraterritorial.
La ley contiene una arbitrariedad y una violación del derecho internacional brutal que es pretender juzgar en cortes estadounidenses a personas, entidades, compañías de terceros países o cubanas por sus vínculos económicos con Cuba, fuera de la jurisdicción estadounidense o sin ninguna relación con los Estados Unidos de América. Todos los presidentes estadounidenses firmaron el llamado waiver o la dispensa de esta lista. Incluso el presidente electo de los Estados Unidos lo hizo en la primera parte de su mandato.
Entonces esto tiene un efecto verdaderamente importante en las cortes estadounidenses. Es decir, las cortes estadounidenses, la Corte Suprema de los Estados Unidos que tiene sentencias que consideran las nacionalizaciones ajustadas a derechos, recuerden el caso Sabatino, por ejemplo. Las cortes estadounidenses permitirán que su credibilidad se vea dañada porque ahora alguien permita que cometan actos inconstitucionales y actos ilegales desde el punto de vista del derecho internacional y del conjunto de la legislación estadounidense, porque se niegue a hacer lo único decente y elemental que es seguir firmando esta exención para no incurrir en esta gravísima violación legal.
Entonces este efecto es importante, es perdurable, es tangible, es otra vez el reconocimiento de que lo que se vino haciendo era ilegal y arbitrario.
Esto, sin embargo, tiene un gran efecto pernicioso, no solo en el derecho internacional, sino en el flujo de inversión capital hacia Cuba, acceso a tecnologías, acceso a mercados.
Pero la amenaza es contra soberanías extranjeras, contra compañías extranjeras, contra gobiernos extranjeros. Entonces, ¿qué corporación poderosa, qué gobierno extranjero permitirá que se afecten sus intereses nacionales, sus intereses económicos, los de sus compañías, sus personas de negocio o sus ciudadanos al amparo de decisiones caprichosas que vayan o vengan? Muchos gobiernos extranjeros tienen legislaciones antídoto para impedir que estas arbitrariedades se cometan.
Bueno, sería inconcebible que esos gobiernos, ante la repetición de la arbitrariedad, no usaran esas legislaciones. La tercera decisión del Presidente de los Estados Unidos de América, bueno, la segunda es más corta, la tengo aquí, es un párrafo, pero es un párrafo del mayor interés. Y la tercera es más larga. Estos son los destinatarios.
Es decir, es una directiva, le da órdenes a casi todo el gobierno de los Estados Unidos de América. Y este memorando, el memorando 5 de Seguridad Nacional del Presidente de los Estados Unidos, ha quedado abrogado. No existe. Ha quedado sin efecto, según este papel que tengo aquí, que tiene la firma del Presidente Biden. Y dentro de ese memorando ha quedado eliminada también una de las atrocidades del bloqueo a Cuba, que es la llamada Lista de Entidades Restringidas de 2017. Caprichosa, arbitraria, absurda. En algunos casos que lo mismo afecta entidades públicas que servicios del sector privado en nuestro país. Curiosamente, parece que es una lista que se inventaron algunos personales que podrían regresar al gobierno de los Estados Unidos la semana próxima. Hay versiones divertidas de cómo hicieron esto tomando café y usando internet.
Entonces, el objetivo de este conjunto de acciones, de estas acciones que deja sin efecto la decisión presidencial, las tres decisiones presidenciales en materia de coerción contra las instituciones comerciales y bancarias de Cuba, habría que esperar que de alguna manera se refleje en la conducta regulatoria y práctica.
Esto es también, y bastaría leer el comunicado de la Casa Blanca, que lo tengo aquí también. El comunicado de la Casa Blanca reconoce el efecto de estas medidas en el pueblo cubano, en los ciudadanos cubanos, en las familias cubanas. Reconoce que provoca daño humanitario y desmiente la afirmación de que estas son medidas dirigidas a proteger al pueblo cubano, a empoderarlo, a aliviar sus dificultades y que solo dañan al gobierno o a los funcionarios del gobierno.
Si se navega por las redes digitales, se aprecia que el pueblo cubano ha recibido estas noticias, estas decisiones del gobierno estadounidense, reconociendo que son positivas, aunque son limitadas y son tardías, y reconociendo también con sabiduría y realismo que podrían ser revertidas. Ahora, ¿por qué la gente, por qué nuestros trabajadores, nuestros estudiantes, artistas, deportistas, los jóvenes, todos los sectores de la sociedad cubana muestran en la conversación social un altísimo interés en estas medidas y comparten esperanza y participan en el debate a partir de las preguntas que he mencionado? Porque reconocen que estas medidas tienen una relación directa con las vidas de cada una de ellas o de ellos, porque reconocen su impacto y porque saben que, si estas medidas finalmente dejan de aplicarse, tendrán un efecto favorable en la vida de las personas, en las familias cubanas.
Yo he estado viendo en estos días las audiencias de nominación o designación de cargos en el próximo gobierno de los Estados Unidos. Les he dado un vistazo, porque la verdad es que son muy largas, habría que reconocer que son muy interesantes. Recuerdan los filmes para adultos, lo que en Cuba le dicen la película del sábado por la noche, sin lenguaje para adultos, sexo, violencia, drogas, alcohol, corrupción, que son muchos de los temas insólitamente presentes en esas audiencias. Bueno, ninguno de ellos ocupa todavía sus cargos. Si ocuparan sus cargos, bueno, habrá que lidiar con esa realidad. Pero, debo reiterar que nuestro pueblo, nuestro gobierno, persistirá en la denuncia del bloqueo.
El paso que corresponde es seguir levantando elementos del bloqueo. Lo único correcto que corresponde es levantar el bloqueo ya en su conjunto, es dejar a los cubanos vivir en paz. Igual que defenderemos con todo vigor y determinación nuestra independencia y nuestra soberanía frente a cualquier acto de injerencia. Igual que defenderemos la observancia de nuestra Constitución y la aplicación de nuestras leyes; igual que preservaremos la seguridad nacional, el orden interior y la seguridad ciudadana; estaremos dispuestos a sostener, y repito otra vez, tenemos disposición a retomar en cualquier minuto, un diálogo serio, responsable, basado en el derecho internacional, la igualdad soberana, el beneficio recíproco de ambos pueblos, el respeto mutuo sin injerencia en nuestros asuntos internos.
Muchas gracias por su tiempo y por su presencia.
(Cubavsbloqueo-Cubaminrex)
- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios